Como ya hemos explicado, cuando vamos a realizar una fotografía, se activa el proceso de apertura del obturador para dejar pasar la luz. Las cortinillas son una especie de “persianas” que se suben os e bajan en función de la cantidad de luz que deseamos que pase.
Para conseguir velocidades tan rápidas, el obturador cuenta con dos cortinillas, así en el momento en el que baja la primera, la segunda también lo hace con milésimas de segundo de diferencia, lo cual reduce enormemente el tiempo de captación que tendría una sola.
Ambas cortinillas abren y cierran en la misma dirección, por lo que cuando el obturador está cerrado, una cortinilla tapa el sensor mientras que la otra se coloca encima de la primera. Al activar el disparador, la primera cortinilla se baja para captar la entrada de luz, y en velocidades muy rápidas, con una diferencia de milisegundos, baja la segunda cortinilla para dejar pasar otra pequeña cantidad de luz.
Sincronizar el Flash con la segunda cortinilla
Una vez que hemos explicado cómo funciona el obturador, veremos cómo puede ayudar la sincronización del flash con la segunda cortinilla. El flash es un gran aliado para terminar de congelar definitivamente una imagen, configurando la velocidad de obturación de 4 segundos mientras apretamos el disparador para captar un coche en movimiento, al cerrar el obturador obtendremos una fotografía de la estela del vehículo, aunque no aparecerá el vehículo.